Julián Álvarez hace que todo parezca sencillo. Pero no lo es. Y así como con un puñado de partidos en primera división no le peso ingresar en medio de la final de la Copa Libertadores entre River y Boca en el Santiago Bernabéu, hace casi 4 años, ahora se desenvuelve por el frente de ataque de la selección argentina como si llevara una década defendiendo esa casaca.